Hay un dicho que dice somos tan jóvenes cómo lo es nuestra columna. Así que tener una columna flexible nos mantiene jóvenes, nos hace sentir mejor y previene dolores musculares. Para mejorar la flexibilidad de nuestra columna a través del movimiento, sería útil saber cómo se construye la columna.
Nuestra columna se construye de vértebras. Tenemos 7 vértebras cervicales, 12 en la torácica, 5 en las lumbares, 5 en el sacro y 3-5 en el coccyx. Estas vértebras están conectadas con unas articulaciones pequeñas entre ellas. En el sacro y en el coccyx prácticamente no hay movimiento. Entre cada vertebra hay dos articulaciones pequeñas, uno en su lado derecho y otro en su lado izquierdo. La orientación de estas articulaciones varia entre la zona cervical, el tórax y la lumbar. El dirección del movimiento está determinado por esta orientación de las articulaciones y varia en diferentes zonas de la columna. Estos direcciones son arriba-abajo, derecha-izquierda y oblicuo. Con palabras técnicas son la flexión-extensión, la flexión lateral y la rotación.
Hay flexión en todas las zonas de la columna, pero el más grande es en las cervicales. La extensión predomina en la zona cervical y en los lumbares y es muy pequeña en la torácica. La flexión lateral es presente igualmente en todas las zonas de la columna. La rotación predomina en las cervicales y en la torácica y prácticamente no hay ninguno en los lumbares.
Sabiendo todo esto, podemos mantener o recuperar la movilidad entre estas articulaciones pequeñas de la columna.
En el próximo post hablaremos sobre los ejercicos que pueden lumbricar estos articulaciones pequeños de la columna.