Hemos aprendido en la escuela que la sistema nervioso autónomo se divide en el sistema simpático y el sistema parasimpático. Para qué sirven? El sistema simpático nos prepara para correr y luchar, en otras palabras prepara el cuerpo para sobrevivir y genera el miedo. Por otro lado, el sistema parasimpático, ayuda a curarse, descansar y recuperarse. Éste último, controla los funciones de los sistemas digestivo, cardíaco y respiratorio a través del nervio vago.
El sistema digestivo necesita mucha energía para su funcionamiento. Cuando hay estrés, el sistema simpático domina y el cuerpo está preparado para sobrevivir. Así los funciones que no se usan la sobrevivencia, se detienen, tal como la digestión y el sexo. Cuando el estrés ha terminado, el sistema parasimpático vuelve y los sistemas del cuerpo vuelven a recuperar sus funcionamientos. El problema empieza cuando el estrés es constante y crónico. El cuerpo no puede recuperar su función parasimpática y aparecen enfermedades tal cómo los problemas digestivos y reproductivos.
Qué podemos hacer en este caso? Una especialista en la medicina funcional, Ritamarie Loscalzo, explica que lo más importante es reconocer que estamos en modo simpático. El segundo paso sería ser capaz de cambiar al modo parasimpático para que la fisiología del cuerpo cambie. Por ejemplo: durante el día paramos varias veces y hacemos unas pausas cortas. Qué significa esto? Podemos parar un momento, simplemente para tomar una respiración en la barriga y ver el estado del cuerpo. También es posible ir a la montaña o a la playa y sentir los sentidos que ayudan a calmar el sistema nervioso. Incluso podemos recordar y imaginar que estamos en la playa o en la montaña y recrear el estado que teníamos en la montaña o en la playa.
Tener una sistema de ayuda que nos apoye es muy importante. Ritamarie explica que la charla terapia por ejemplo en la mayoría de los casos no ayuda, porque mantiene la persona en el modo simpático. Entonces sería mejor sentir el cuerpo y no sólo hablar de las problemas. También aprender a identificar dónde sentimos el bloqueo en el cuerpo y encontrar diferentes maneras de soltarlo. Diferentes técnicas que trabajan con el cuerpo serían beneficiosos tal como un yoga suave y la terapia integración psico-corporal.
Las últimas palabras: “el cuerpo tiene su capacidad de autocurarse, sólo tenemos que dejar que se ponen a su función, con una dieta adecuada, con la relajación y autocuidado.”